A pesar de los bajos tipos de interés y la elevada rentabilidad por dividendo, los inversores parecen no haber redescubierto las bondades de los valores defensivos
Para los analistas de la firma francesa Amundi AM, los inversores aún no han comprado acciones europeas de elevada rentabilidad por dividendo (por encima de los tipos de interés oficiales) porque perciben estos valores como defensivos y aún están centrados en los valores de crecimiento. Por ello, consideran que este tipo de acciones tendrán su momento muy pronto, y recuerdan que el dividendo supone dos tercios de la evolución a largo plazo de un valor, “algo muy a tener en cuenta”, explican.
En lo que respecta al entorno macro actual, en Amundi indican que las perspectivas de nueva medidas de Quantitative Easing (relajación monetaria) por parte de la Reserva Federal han recortado los tipos tanto en EEUU como en Europa. “Este entorno de bajos tipos de interés es probable que dure y está teniendo una importante consecuencia- menores rentabilidades. Esto, a su vez, ha impulsado la búsqueda de la rentabilidad. El objetivo natural de esta búsqueda son, por definición, bonos de ‘high yield’ (elevada rentabilidad) de economías emergentes, los de las economías desarrolladas consideradas más peligrosas (Grecia, Portugal, Irlanda, etc.) y los corporativos”.
Sin embargo, los analistas galos se preguntan si las acciones europeas podrían ser una respuesta también, pues sus rentabilidades por dividendo son mayores que las de los bonos públicos. En Francia, por ejemplo las empresas del Cac 40 ofrecen un 4,47% de dividendo en 2010 frente al 2,61% de los bonos públicos. Pese a ello, el índice Stoxx Europe Select Dividend 30, que refleja las mayores rentabilidades, ha evolucionado peor que el Stoxx 600 en un 5% en lo que llevamos de año, lo que demuestra que la búsqueda de la rentabilidad todavía no ha llegado a la renta variable europea.
Ítem más, señalan en la firma que, la rentabilidad por dividendo es -en algunos casos--, superior a la de los bonos corporativos. “Este es el caso de las telecos, empresas de energía, servicios o, incluso, alimentos y bebidas. La brecha es cercana al 3% a favor de las acciones, lo que es increíblemente raro en términos históricos ¿por qué?”, se preguntan los expertos.
Su respuesta deja dos opciones abiertas: la más probable tendría que ver con la austeridad fiscal de los gobiernos, que podrían decidir gravar más los dividendos. La segunda y más plausible, el carácter defensivo de esas acciones. Así, la fase de mercado que empezó en marzo, tiró primero de las financieras, cíclicas de consumo e industriales y dejó a un lado las defensivas.
Por otro lado, el crecimiento ha sido el objetivo hasta ahora, el crecimiento en los mercados emergentes en particular. Y es probable que continúe siendo la clave, dado que cada vez es más difícil de encontrar.
“Pero llegará un tiempo en el que las acciones de rentabilidad tendrán mucho que ofrecer – rentabilidades atractivas en un mundo hambriento de rentabilidad y un crecimiento más sólido que el de los valores cíclicos, que entonces sufrirán una corrección”, concluyen.
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